El “mano a mano” con los jovenes asiaticos

Un emotivo encuentro

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El “mano a mano” de Francisco con los participantes de la Jornada Asiática de la Juventud, en el santuario de Solmoe, en Seúl, fue conmovedor, sobre todo por el hecho de que algunos de Corea del Norte y China no fueron autorizados a asistir. “Yo estaba muy emocionado  porque sentí que al Papa le hubiera gustado hablarmucho más” del tiempo permitido, expresó Giovanni Pan, un joven de Hong Kong que se contó  entre los tres que le hicieron preguntas. “Otro momento clave fue cuando rezamos el Padre Nuestro, todos tomados de las manos”, 
dijo. Y agregó: “Desde el escenario miré el lugar donde se encontraban los jóvenes de China y me di cuenta que muchos estaban llorando. Yo también lloré”.