Sergio Rubin
Nahuel Sotelo es un milenial auténtico, no sólo porque creció al compás del desarrollo de las nuevas tecnologías -nació en 1994-, sino porque éstas jugaron un papel clave en la conformación de su matrimonio. Fue gracias a su amigo, Agustín Laje, un referente de la “batalla cultural” que lleva adelante Javier Milei, quien recomendó la cuenta de Instagram de Nahuel.
Clara, una influencer católica que vivía en México, lo siguió. Comenzaron así una relación a distancia, inicialmente de amistad, que incluyó largas conversaciones sobre temas poco habituales para jóvenes de su edad: Teología, Filosofía, Política… Hasta que un día ella le dijo que iba a venir a la Argentina. Cuando apareció en la sala de arribos del aeropuerto Nahuel se dijo: “Con esta mujer me caso”. Y así fue. Como buenos católicos pasaron por el altar en Guadalajara y ella se mudó a la Argentina.
Nacido en Rosario y tras haber vivido en varias ciudades del interior, Nahuel conoció a Javier Milei durante una charla que el actual presidente dio en Buenos Aires a un pequeño grupo de personas cuando aún no había ingresado a la política. “Lo vengo siguiendo desde mucho tiempo antes de que se convirtiera en la figura que se convirtió”, dice. Luego de asesorar a un diputado nacional de Salta, Nahuel encabezó la lista de diputados de la provincia de Buenos Aires por el espacio liberal en las elecciones de 2021 en las que José Luis Espert lideró la lista bonaerense para diputado nacional. Cercano a Karina Milei y Santiago Caputo, estaba presidiendo el bloque libertario en la Legislatura de la provincia hasta que fue convocado por el presidente de la Nación para ser secretario de Culto y Civilización en reemplazo del renunciante Francisco Sánchez.
La juventud en el acceso a los cargos también se manifestó en un logro en materia literaria. Es que a los 23 años escribió un libro que tuvo un buen nivel de ventas y pedidos de conferencias, pero lo distrajo de la carrera de abogacía que cursaba, al punto que terminó abandonando. Se llama “Cartas de los ’70: el dolor de la otra parte”, sobre las víctimas del terrorismo. Sin embargo, ante una consulta de Clarín, se excusó de pronunciarse sobre la campaña que anunció esta semana la vicepresidente Victoria Villarruel para que los terroristas como los Montoneros y los miembros del ERP sean enjuiciados al igual que los represores que cometieron delitos de lesa humanidad. “Como estoy haciéndome cargo de mis nuevas funciones no estoy bien al tanto”, dijo.
Sotelo viene de una Legislatura donde, al igual que en el Congreso, también hubo legisladores de La Libertad Avanza que se enfrentaron y hasta se dividieron. “Los diputados en la provincia fueron elegidos pura y exclusivamente porque en la boleta iba Javier Milei, lo cual implica adheridas a un conjunto de ideas”, afirma. Y completa: “Pero hubo gente que en la primera de cambio traicionaron los ideales de Javier Milei al votar a favor de la creación de una empresa estatal y de un endeudamiento. En cambio nosotros mantuvimos una coherencia”. A tono con el presidente, dice que el liberalismo es el respeto a la vida -por eso se opone al aborto-, la libertad y la propiedad privada, y se queja que lo tilden de ultraconservador.
Itinerario
Nahuel Sotelo nació en Rosario en 1994. Egresado del colegio de Córdoba Fraternidad de Asociaciones Santo Tomás de Aquino (FASTA), fundado por el sacerdote Aníbal Fosbery, vivió en varias ciudades del interior y en el gran Buenos Aires. Cursó algunos años de la carrera de Abogacía. Escribió el libro “Cartas de los ’70: el dolor de la otra parte”, sobre las víctimas del terrorismo. Legislador por La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires desde 2021, se acaba de convertir, con 29 años, en el secretario de Culto -a lo que se suma ahora “de Civilización”- más joven.
Al toque
Un proyecto: Ser útil para el país y lograr algo trascendental
Un sueño: Formar una familia unida
Un prócer: Julio A. Roca.
Un libro: Los del obispo norteamericano Fulton Sheen
Una película: El valor de una promesa
Una miniserie: Games of Thrones
Música: Folklore y tango
Comida: El bife a la marinera que me hacía mi abuela
Bebida: Fernet con Coca
Recuerdo: Cuando conocí el Vaticano y saludé a Francisco y cuando di el sí en el altar.
Fuente: Clarín y VR