Por: Monseñor Gabriel Mestre
En septiembre pasado tuvimos la primera experiencia de Ciudadanía organizada por Scholas Occurrentes con la colaboración del Obispado de Mar del Plata. Durante una semana unos 400 adolescentes de escuelas secundarias se encontraron para compartir “algo” o “todo” de sus vidas y su realidad cotidiana. Califico a este encuentro como una experiencia de “alto voltaje” en función de la energía, la intensidad y la audacia que percibí en los alumnos y sus líderes.
Con tres palabras describo la experiencia de Ciudadanía Mar del Plata 2022: integración, realismo, protagonismo.
Integración. Los adolescentes representaban a unas 50 escuelas secundarias muy diversas en su realidad y contexto: del centro y de la periferia, de gestión estatal y privada; confesionales y no confesionales, de barrios más pobres y de zonas más acomodadas a nivel socioeconómico.
A pesar de estas diferencias fue posible que se integraran de forma saludable y natural. Nos dieron una verdadera “clase” a los adultos que tantas veces nos cuesta ser verdaderos integradores de la diversidad. Ellos con facilidad trabajaron juntos según su propia realidad sin prejuicios ni falsos pudores.
Realismo. Los adolescentes pudieron dialogar sobre muchos temas y jerarquizar sus intereses y gustos. También se animaron a compartir sus miedos y dolores. En este sentido, me resultó significativa la síntesis de uno de los grupos de trabajo que decía así: “Estaba muriendo pero como no vieron sangre no creyeron”. Realmente es duro y desestabilizador. Con realismo, estos jóvenes ponen sobre la mesa la insensibilidad y la falta de escucha activa del mundo adulto y de quiénes deberíamos estar más atentos. Me sentí positivamente cuestionado y desafiado como ser humano y como referente religioso.
Protagonismo. Los adolescentes hicieron una verdadera experiencia de encuentro entre sí que les permitió descubrir con claridad que ya hoy tienen que ser protagonistas de “su” historia y de “la” historia. Lo interesante y significativo, es que manifestaron querer hacerlo junto a los adultos. Desean trabajar en clave de diálogo intergeneracional, pidiendo a las familias y comunidad educativa que estemos presente en su mundo y su realidad.
El encuentro final masivo fue muy luminoso y esperanzador. Estaban los adolescentes con algunos de sus docentes y los servidores y coordinadores de Scholas. En ese momento, en diálogo con José María del Corral y el intendente Montenegro, decíamos que se nos ponía “la piel de gallinas” al escucharlos. Que el “alto voltaje” positivo de esta experiencia la podamos repetir una y mil veces con tantos jóvenes que están necesitando vida en abundancia en un camino de integración, realismo y protagonismo.