El mes pasado el Papa Francisco recibió en una audiencia especial en la Casa de Santa Marta al único párroco católico de la Franja de Gaza, el misionero argentino Jorge Hernández, que pertenece al Instituto del Verbo Encarnado. No fue sencilla la realización de la entrevista: la diplomacia vaticana
debió esforzarse para que las autoridades israelíes permitieran la salida de Hernández, a quien el pontífice quería agradecer personalmente la labor que lleva adelante. Este padre se negó a abandonar la Franja pese a que tres misiles cayeron cerca del templo La Sagrada Familia. En un reportaje con Radio Vaticana, el sacerdote argentino calificó como una “gracia” su entrevista con Francisco.
Hernández contó que el Papa le dijo: “El Evangelio exige los sacrificios que Jesús pide a cada uno de nosotros, en distintos lugares. A ustedes les toca
testimoniar a Jesucristo allí, en la tierra que lo ha visto morir, pero también lo vio resucitar. Entonces, ¡fuerza, coraje, adelante!”. Según Hernández, el Papa es consciente de que en la Franja de Gaza, hay unos 1.300 cristianos (136 son católicos) sobre una población de casi 2 millones de habitantes.
“Nuestras relaciones con los judíos ortodoxos y musulmanes son muy buenas. Nosotros no hacemos ninguna diferencia”, dijo el religioso.
Al referirse a los empeños del Papa por ayudar a lograr una paz en Medio Oriente, señaló que los frutos de la peregrinación de Francisco a Tierra Santa, en mayo, “los vemos ya ahora y los veremos más adelante”. “L os cristianos -concluyó- pensamos en Israel, pensamos en Palestina, por eso queremos la paz”.