Como funcionario de la embajada sueca en Budapest, Raoul Wallemberg salvó a más de 20 mil judíos del nazismo. Desde 1945 está desaparecido.
Surgió en 2004 con el fin de testimoniar la convivencia que puede haber entre miembros de pueblos cruzados durante siglos por la tensión.
Lo dijo el franciscano Raneiro Cantalamessa, desde hace 32 años predicador de la Casa Pontificia, que visita por estos días el país.
Arriesgaron su vida para salvar judíos de la Shoá. Un museo en Jerusalén los recuerda.