Por: Daniel Goldman
Ucrania, nación que hoy se debate en la aterradora guerra con Rusia, atesora una historia muy rica en relación a la memoria judía, ya que el establecimiento comunitario en esa tierra se remonta a más de 1000 años. El Jasidismo, movimiento surgido en el siglo XVIII, distinguida como una de las corrientes del renacimiento espiritual, tuvo su nacimiento en Ucrania. El fundador de esta escuela, el rabino Israel Ben Eliezer (Baal Shem Tov) nació y murió allí.
Durante el siglo XIX, Ucrania estaba densamente poblada por judíos que desempeñaron un papel destacado en el desarrollo del comercio y la industria. También fue el hogar de un floreciente escenario cultural judío, cuna de destacados escritores y poetas. Bajo la influencia del iluminismo cultural, los judíos ucranianos desempeñaron un papel decisivo en el surgimiento de la literatura hebrea e idish moderna. Isaac Baer Levinsohn, nacido en la ciudad de Kremenets, al oeste de ese país, fue un eximio escritor de poesía hebrea, buscando difundir los ideales de la Ilustración. Sholem Aleijem, nacido en 1859 en Pereiaslav, al sureste de Kiev, fue el más notorio dramaturgo idish. Autor de Tevie el Lechero, personaje que más tarde quedara inmortalizado en el famoso musical “El violinista en el Tejado”, protagonizado en nuestro país por Raúl Rossi y Raúl Lavie. Otro de los pioneros de la poesía hebrea moderna, Jaim Najman Bialik, nació en Ucrania en 1873. Ajad Haam, ensayista y destacado pensador del judaísmo, nació en Ucrania Central en 1856. La música folclórica tradicional de los judíos de Europa del Este, conocida como “Klezmer”, comenzó a difundirse en ese territorio.
Según el historiador Lance Sussman, Ucrania llegó a tener una población de más de un millón de judíos. Y aunque algunas de las tradiciones más distintivas tienen sus raíces en la zona, al igual que en el resto de Europa, el antisemitismo ha envuelto a la comunidad de Ucrania. A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la colectividad judía enfrentó pogromos y políticas que endurecieron las restricciones sobre dónde podían vivir, llegando incluso a limitar las ocupaciones que podían desempeñar.
Durante la Shoá (el Holocausto) la mayoría de las comunidades judías del país fueron diezmadas y sus miembros asesinados por los nazis y simpatizantes ucranianos locales. La controvertida historia en parte se ha modificado. A partir del 2010, la colectividad judía ucraniana llegó a ser la quinta más grande de Europa. Previo a esta contienda, en la ciudad de Dnipro, funcionaban 10 sinagogas y un imponente centro comunitario (inaugurado en 2012), que acogía a 40.000 feligreses.
El presidente Volodymyr Zelensky se ha manifestado abiertamente sobre su identidad judía. Miembros de su familia fueron asesinados durante la Shoá y otros lucharon en el Ejército Rojo. Finalmente, vale la pena destacar que una encuesta del prestigioso Centro de Investigación Pew encontró que, en los últimos años, Ucrania es uno de los países que más promueve la vida judía entre todos los de Europa Central y del Este.
Elevamos nuestra oración para que pronto la paz vuelva a la región.